viernes, febrero 26, 2010

PERÚ-CHILE: RECOMPONER LA CONFIANZA

“Tenemos que recomponer la confianza”. Con estas palabras –expresadas hace unos días a un medio de comunicación chileno- el Canciller José A. García Belaunde resumió las perspectivas del Perú en relación al próximo Gobierno de Chile, encabezado por Sebastián Piñera, que asumirá el próximo 11 de marzo.

El triunfo de Piñera significó el retorno de la derecha al poder en Chile, tras 20 años de Gobierno de la Concertación. En sus primeras declaraciones, ya en su calidad de Presidente Electo, Piñera se mostró abierto a tener una relación muy fecunda con todos los países de América Latina, pero muy particularmente con los vecinos de Chile: Argentina, Bolivia y Perú. Asimismo, consideró que la demanda por la delimitación marítima presentada por nuestro país en la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, no debe ser un obstáculo para la relación peruano-chilena.

Estas y otras declaraciones de similar tono, han sido bien valoradas por el Canciller peruano, quien en una reciente entrevista con el diario ‘El Comercio’, sostuvo que Piñera ha dado señales positivas al indicar que el proceso en La Haya no debe salirse de su carril, para así evitar que afecte otros aspectos de la relación bilateral.

Por otro lado, estos últimos días han sido de mucha actividad en el país vecino, debido a que la futura administración se encuentra ultimando detalles para el traspaso de mando. Por lo pronto, el pasado 9 de febrero fue presentado el Gabinete Ministerial, el cual causó cierta sorpresa al incluir mayoritariamente a técnicos e independientes, incluso en carteras como la de Relaciones Exteriores, en la que se designó al empresario vinculado al grupo Falabella, Alfredo Moreno.

Las críticas suscitadas tras conocerse la composición del Gabinete se enfocaron principalmente en señalar la falta de experiencia política de sus integrantes. Para hacer frente a estos cuestionamientos, Piñera optó por nombrar en las Subsecretarías a personas con experiencia en ese ámbito, con el fin de darle equilibrio a su equipo ministerial. En la Subsecretaría de RREE colocó al abogado y diplomático de carrera Fernando Schmidt.

Todo este movimiento propio de un próximo cambio de Gobierno es seguido de cerca por el Perú, teniendo en cuenta los asuntos pendientes que tenemos con el vecino del sur. El primero y más trascendente es el contencioso jurídico por los límites marítimos que se ventila en la Corte Internacional de Justicia.

Precisamente, el 9 de marzo, dos días antes del cambio de mando, vence el plazo para que Chile presente su Contramemoria en el mencionado Tribunal. Luego viene la etapa escrita del proceso, es decir, la réplica peruana y después la dúplica chilena. Sigue la etapa oral. Finalmente, los magistrados reflexionan y dan su fallo. Según calculó el Ministro García Belaunde, éste podría emitirse a fines del 2012.

Otro tema pendiente es el espionaje perpetrado por el suboficial de la FAP Víctor Ariza Mendoza a favor de Chile, en el que estarían involucrados miembros de las Fuerzas Armadas de ese país. El asunto se encuentra en proceso de investigación en el fuero militar, pero corresponde a la justicia chilena responder a las peticiones de información que el Perú le haga llegar.

De igual forma, otros asuntos de particular relevancia que siempre despiertan sensibilidades de ambos lados son: la aplicación de una política de cuerdas separadas en las relaciones bilaterales, la magnitud de las inversiones chilenas en el Perú y la presencia de inmigrantes peruanos en Chile. Todos ellos, con seguridad, serán abordados por la próxima administración chilena bajo una nueva perspectiva, la misma que genera expectativa en el Gobierno peruano.

Las primeras señales positivas están dadas. Ambas partes se muestran hasta el momento abiertas al diálogo y esperan los primeros acercamientos para establecer agendas e intercambiar posturas. La expectativa es grande en el Perú. Esperemos que se pueda mantener esa buena disposición para superar las discrepancias y acentuar nuestras coincidencias para, como dijo el propio Piñera, “descongelar” la agenda del futuro entre ambos países.